domingo, 4 de noviembre de 2012

Homenaje


Cuando un amigo se va…
Homenaje a Rubén Terrón
por: Guillermo Armendariz





En estos días de Agosto del 2012, falleció a los 62 años Rubén Alberto Terrón, esta noticia causo dolor en quienes lo conocieron y lo querían.
…Y cuando uno tiene una amistad y quiere mucho al amigo que se fue… siente que tiene que despedirlo de alguna forma, por eso elegí hacerlo a mi manera… este es mi homenaje.
Hasta luego Rubén… Gracias por todo…                         
                                                                                               Guille

“Cuando un amigo se va queda un espacio vacío” dice la canción de Alberto Cortez y así es… si quisiéramos llenar ese espacio no podríamos hacerlo, Rubén era alguien especial para quienes lo conocimos personalmente más allá del artista, poeta, maestro, director, era un ser humano extraordinario, era alguien que se metía en el corazón del que estaba con él conversando que finalmente terminaba siendo el protagonista porque todos terminaban escuchándolo y viendo caer sus lagrimas mientras endulzaba los oídos de quienes escuchaban sus relatos, Rubén tenía un don especial para relatar… para conversar… para transmitir… porque uno nunca se cansaba de escucharlo.
Rubén transmitía mensajes y enseñaba quizás sin darse cuenta, o quizás no notaba que uno ponía atención en lo él hablaba… a él no le importaba si con él había diez, veinte o una persona él siempre contaba sus anécdotas de su niñez y en sus relatos casi siempre había trenes y autos de carrera especialmente las famosas “cupecitas” del Turismo de Carretera de las décadas del ’40 y ’50, su pasión por Estudiantes de La Plata y su inolvidable Escuela 7, él contaba las cosas con mucha pasión y de esa manera permitía acceder a la imaginación como si lo que contaba estuviera pasando en ese mismo momento por eso escucharlo era un verdadero placer.
Escucharlo a Rubén era escuchar una especie de cultura viviente él no hablaba como profesor, él hablaba como uno más que contaba sus conocimientos con sabiduría, con talento y con enorme responsabilidad nunca se guardaba su conocimiento, siempre lo compartía, casi siempre en sus charlas o comentarios agregaba alguna frase de un poeta famoso que te dejaba pensando… por eso Rubén, hablaba como uno más… pero escribía como un enorme maestro… de su creatividad y talento nació la obra “De la sangre al laurel” y otras…
Rubén, dejó su marca y su sello en muchas cosas en los coros de Dorrego y de la zona donde dirigió con entusiasmo y pasión, dejo su música, su poesía, su obra, su talento, en sus alumnos de las escuelas donde dio clase, en los integrantes del Coro Municipal de Coronel Dorrego por donde por varios años consecutivos pasaron mucha gente de todas las edades, varios de ellos se fueron de Dorrego formaron sus familias y hoy les transmiten su amor y su pasión por la música a sus hijos…
Rubén también estuvo a cargo de la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Coronel Dorrego, donde en su corto paso por esa oficina también supo cosechar algunos amigos, y con su bondad, humildad y sinceridad supo ganarse el cariño y el respeto de mucha gente dentro y fuera de la Casa de la Cultura.
Rubén, ya se habrá encontrado con el Sacerdote que lo invito al Conservatorio de La Plata a estudiar música, con Aldo Pirola, y tantos otros ya estarán ensayando “De la sangre al laurel” para todos los ángeles en el cielo.
Hasta luego Rubén… y vos mismo decías todos los días al despedirte de la gente de “Cultura” GRACIAS POR TODO…

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