martes, 9 de agosto de 2011

Cuando el reloj manda…

por: Guillermo Armendariz

Muchos o la mayoría de la gente del planeta… está atada a los horarios, los trabajadores, los estudiantes, las amas de casa, la gente de campo, los novios, los empresarios, los médicos, los enfermos y hasta los jubilados, es todo un tema, todos nos manejamos con el reloj, todos consultamos la hora varias veces en el día… miramos la hora en el reloj, en el celular, en la computadora, en la mayoría de los canales de televisión, algunos escuchan el reloj de la iglesia, los cordobeses miran el “cucu” otros escuchan el informativo de la radio para saber la hora, y sino preguntamos al primero que se nos cruza en el camino porque la hora nos interesa a todos, creo que mucha gente está acostumbrada a depender de la hora.
Parece que le tuvieran miedo al reloj, y así es… aunque estemos pendientes a muchos no les interesa la hora… da la sensación que el reloj es el patrón más temido del mundo… por la forma en que todos respetan a un aparato de distinto tipo, tamaño, diseño y sistema por eso aunque sean diferentes todos tienen la misma función…
Todos tenemos horarios… para todo… hasta para mirar la novela… por eso cuando el reloj manda… hay que estar alerta.
El reloj es más respetado que el almanaque, debe ser porque cada día tiene 24 horas, cada hora tiene, 60 minutos y cada minuto tiene 60 segundos pareciera que la gente le preocupa más los minutos que las horas… porque los minutos que pasan no se recuperan… y aunque quiéranos atrasar la hora en el reloj, la hora ya paso y no vuelve atrás…
Por eso hay que respetar el reloj aunque quiéranos jugar o hacerle trampa al reloj, no vamos a poder… aunque con su tic-tac, tic-tac ese ruido que parece tonto, uno siempre está alerta…
Más de uno se acordara de sus padres o abuelos cuando sacaban el reloj del bolsillito chiquito con una cadena o los clásicos relojes pulseras con maya de cuero o metálica, cuando le daban cuerda una o dos veces por día, esos relojes no hace tanto tiempo que se dejaron de usar y que todavía debe existir alguno que lo use…
Y así y todo tanto el reloj… como los vehículos y otros aparatos, cambian el diseño, el formato, la tecnología… pero sigue andando, sigue cumpliendo con la labor de darnos la hora…
Por eso cuando manda el reloj y tenemos algo para hacer… no nos descuidemos porque quizás la oportunidad se vuelva a dar, pero el momento no, porque cada día es único e irrepetible aunque tenga la misma cantidad de horas, minutos y segundos… por eso allí anda una frase que dice… “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy…” y tiene razón… aprovechemos cada minuto… para hacer lo que debemos hacer, pero también para ser felices…, disfrutar…, conocer…, pasear…, porque cada momento debe ser aprovechado, porque las horas, los días, los momentos y las oportunidades pasan… y no depende del reloj sino de ganas y de la responsabilidad de cada uno… y eso es lo que nos recuerda el reloj, la hora de cada una de nuestras responsabilidades…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantó.... pero te digo la verdad... no estoy tan pendiente del reloj. Solo porque no me gusta llegar tarde a nada, (jamas llegué tarde a la escuela, al trabajo...)y menos cuando uno asume compromisos y hay gente del otro lado.... De todos modos el comentario viene muy bien, como NO HAY TIEMPO PARA PERDER, quiero decirte, que te extraño mucho.... a veces habrás sentido que yo estoy medio lejana.... a mi particularmente no me gusta molestar, prefiero hacer yo las cosas.... sin embargo tu ausencia se nota.... dejá que pase el invierno, ponete bien, cargá pilas.... y en la primavera... VOLVE!!!!!! Un abrazo inmenso. Nora

Anónimo dijo...

Yo como Nora, tampoco me gusta llegar tarde a ninguna parte, ahora por suerte estoy alejada del despertador y la hora no me molesta, en estos momentos no se en que hora VIVO jaja, debe de ser porque ya no cumplo horarios.
Me encantaron todos tus escritos.
No cambies nunca tri-tri, te felicito por como te expresas, la forma en que hablas de la gente,seguí asi.
Sabe que los quiero a Susi y a vos, deja que pase el invierno, y cuando vengan las tardes más lindas, HAY QUE CAMINAR, asique por alli me van a tener
Un fuerte abrazo y los quiero con todo mi corazón Marta