lunes, 21 de mayo de 2012

cuento

Los tallarines de Rosa
por: Guillermo Armendariz

Esta historia sucedió en alguna Estancia de la Argentina, los integrantes de esa Estancia eran dos familias jóvenes Federico y María (los patrones) y Dieguito, (el hijo de ellos), la otra familia estaba integrada por Juan (el capataz), Rosa (la sirvienta) y Josecito (el hijo), también había peones que no estaban permanentemente.



Federico se había hecho cargo de la estancia cuando sus padres se jubilaron y se fueron a vivir a la ciudad. Bueno, todos tenían casi la misma edad, era mínima la diferencia de edad entre las dos familias… debido a eso Federico y Juan se hicieron muy amigos y terriblemente compinches, eso era bastante raro que se diera entre patrón y capataz porque generalmente las relaciones son tirantes y de mucho respeto, lo mismo que Federico y Juan sucedía con los niños Diego y José, todo lo contrario pasaba con María y Rosa, ya que María venia de una familia de alta alcurnia y era muy fina… la relación entre ellas era muy tensa María tenía un carácter muy fuerte y no era fácil tener una conversación con ella, los niños ya que tenían la misma edad, fueron al mismo jardín de infantes, la misma escuela y al mismo grado, se sentaban en el mismo banco, de la estancia a la ciudad había tan solo 3 kilómetros así que ellos estaban todo el día juntos… comían juntos un día en cada casa, a Diego lo enloquecían los tallarines caseros con tuco de Rosa, ya que había dos casas, la casa principal de los patrones y la casita del capataz, Rosa además de cocinar para ellos cocinaba para los patrones y también para los peones, ya que los peones comían en la casa del capataz, pero dormían en una pieza afuera, bueno y los domingos al medio día Rosa hacia tallarines con tuco para todos y por ahí, el patrón le ordenaba a Juan que carneara un cordero para hacerlo al asador y compartir con todos e incluso a veces venían familiares y amigos a pasar un fin de semana o los domingos a pasar el día, ya que la Estancia quedaba tan cerquita de la ciudad, en uno de esos fines de semana que estaban los padres de Federico, gente realmente macanuda como él, la mamá observo la relación de María con Rosa y le llamó la atención… entonces lo llamo a Federico y lo llevo a caminar por los montes de alrededor de casa y le dijo… “Vos observaste la relación de María con Rosa?”, Federico sorprendido le dijo “No mamá, porque, qué pasa?”, su madre le puso la mano sobre el hombro y le dijo… “Vos, observa…” entonces muy intrigado disimuladamente entro a la casa y Rosa estaba lavando los platos del mediodía y María alrededor de ella tratándola como si fuera un trapo de piso, Federico se retiro en silencio y dolorido de ver lo que había visto y en el patio se cruzo con su mamá, ella se dio cuenta y le dijo “Y?…” entonces Federico abrazó a su mamá y le dijo “Tuve que ver para creer…” esa noche cuando se acostaron Federico le pregunta a María “Que te pasa con Rosa?”, y ahí ella se dio cuenta que la había visto y empezó a negar todo hasta que un día Federico se presento cuando María trataba muy mal a Rosa y preguntó “Que pasa acá???”.
Ahí nomas él le dijo a su mujer “La próxima vez te vas de esta casa… porque no puede ser que Diego y José, Juan y yo tengamos semejante amistad… y vos a Rosa la trates como la tratas…”, desde ahí la cosa fue mejorando muy lentamente…, los niños se hicieron adolescentes ya en la secundaria siguieron compartiendo el mismo banco y todos los domingos… Diego le pedía a Rosa que amasara tallarines, y un día Diego descubre que María, su mamá comía los tallarines pero con tuco… cosa que nunca había hecho, ella comía tallarines blancos, y en el medio del almuerzo un verano en el patio a la sombra de los arboles con familiares y amigos Federico le pidió a María que contara lo que le había contado unos días atrás, entonces María se paro muy colorada de vergüenza empezó a contar…
“Bueno… esta historia comenzó cuando yo estaba embarazada de Diego… hace ya 18 años, fue cuando Rosa hizo por primera vez tallarines con tuco en esta casa, y al servirme me manchó una blusa muy hermosa que me había regalado mi madre el día antes… bueno, a partir de ahí empecé a tratar mal a Rosa, que también estaba embarazada y la amenace que si contaba algo… la echaba junto con Juan, por eso Rosa no le conto ni a Juan para no perjudicar la gran relación con Federico… ahora después de 18 años le voy a pedir perdón a Rosa por todo el maltrato que le di… pero, ahora descubrí que los tallarines de Rosa …y con tuco… tienen otro sabor y un gusto muy especial… ¡¡¡Lo que me perdí… durante 18 años!!!… por ser tan terca y orgullosa!!!... ahora entiendo porque a Diego le apasionan los tallarines de Rosa… bueno… para terminar les voy a contar con una enorme felicidad que José y Diego recién egresados de la secundaria ya se anotaron en la universidad… los dos como no podía ser de otra manera… eligieron la misma carrera, Ing. Agrónomo, van a compartir el mismo departamento que Federico compro en la ciudad… y seguramente se sentaran juntos en la universidad como lo vienen haciendo desde el jardín de infantes… bueno, y le vuelvo a pedir perdón a Rosa… y felicidades para todos…”. Entonces Rosa se paro y se abrazaron, se besaron y lloraron durante varios minutos… en el medio de los familiares y amigos que aplaudían de pie… Rosa se animo a contar que cuando Diego le pedía tallarines con tuco ella empezaba a temblar… y todos estallaron en una ruidosa carcajada. A partir de ahí… todo cambio y se hicieron tan amigas y compinches como Federico y Juan, Diego y José, cuando los chicos empezaron a cursar no siempre iban los fines de semana al campo entonces esos fines que se quedaban en la ciudad los cuatro padres iban quedarse con ellos, con la condición de llevar harina, huevos, tomate y carne para que Rosa hiciera los exquisitos tallarines con tuco…




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